Escudo e historial de todos los equipos de fútbol de Galicia. Año de fundación, división en la que militaron cada temporada, puesto que ocuparon al finalizar la competición, participación y eliminación en el Copa de España, Campeonato de España de Aficionados, Campeonato Gallego de Aficionados y Copa Galicia, año de desaparición.

lunes, 5 de agosto de 2013

MI OPINIÓN , 5 DE AGOSTO


¿Marín, club infeliz siempre será?

Sin duda la de ‘Marín, pueblo infeliz siempre será’ es una de las frases que más odiamos tener que oír los marinenses.
Sin embargo en muchas ocasiones cuando nos la espetan no nos queda más remedio que agachar la cabeza y reconocer que es una verdad tan irrefutable como que el sol sale en Marín por el Monte Pituco cada mañana.
Y lo peor que en la mayoría de las ocasiones no es más que culpa de nuestra desidia y de nuevo vicio de agachar la cabeza, esconderla bajo el sobaco y no hacer nada por evitarlo. Esperar sentados, y si es en los Jardines mejor, a que venga otro y resuelva nuestros problemas. Ah!. Y si es uno de fuera mejor, tendrá más nuestra comprensión, nuestro apoyo y hasta acabaremos consintiéndole lo que a nuestro paisano no le pasamos.
Por desgracia el Marín Club de Fútbol como algo genuinamente marinense no es ajeno a este vicio de dejarnos ir hasta que nos damos de palmos de narices con la desgracia y ya no tiene solución.
Como decía aquel ¡A mí que me empuje! Que si me empujan aun voy. Porque eso de arrimar el hombro y empujar por decisión propia ya lo harán otros.
Viene esto a colación de la situación que está sufriendo el Marín Club de Fútbol en los últimos meses en la que un presidente como José Luis Blanco, que ni es de Marín, ni nunca fue socios del Marín Club de Fútbol, acabó llegando de rebote a la presidencia del club y acabó convirtiendo convirtiéndolo en su cortijo particular para regocijo y diversión de su descendencia. ¿ Se lo dejará en herencia?.
Lo cierto es que la inmensa mayoría de los socios que tuvo en Marín Club de Fútbol en la última temporada están muy enfadados con José Luis Blanco por su empecinamiento en no explicar luz y taquígrafos las cuentas del club de las últimas dos temporadas.
En las que faltado dinero de la caja de club ( según él ), en la que el club ha pasado y ha sido condenado en los jugados, en la que el primer equipo ha descendido de división y en la que se ha visto como números jugadores del pueblo tras muchos años en la base del club para llegar a primer equipo han sido descartados a su puesto; y para guinda ha colocado a su hijo de entrenador de una forma muy poco ética.
Los socios, eso cien o ciento cincuenta fieles que llevan muchos años sin faltar un solo domingo a San Pedro e incluso acompañando al equipo en sus desplazamientos han dicho basta, y como no están dispuestos a poner ni un solo ‘duro’ en manos de este señor que los ‘pierde’ a manos abiertas, se han negado a retirar sus carnés. Con mucho dolor de corazón. Y preguntándose qué se puede hacer para sacarse del medio a este individuo que pierde el dinero, regala carnés, echa a los socios y coloca a su hijo de jefe supremo del tinglado deportivo.
Algún despistado, de esos que retira cada año el carné sólo ayudar y no va al campo confiesa haber pagado el recibo por inercia hasta el punto de no haberse percatado de la rebaja impuesta por el presidente pero que no está de acuerdo también lo dice.

¿Qué hacer para salir de esta situación?.
Pues, está claro que si José Luis Blanco sigue en su enrocamiento de no convocar a los socios a una Asamblea General para pedirle la aprobación a su gestión y su confianza para seguir al frente del club.
Tendremos que convocarnos entre nosotros. Juntarnos y estudiar la forma y los pasos a seguir para sacarnos de encima a semejante lacra.

Pero quien le pone el cascabel al gato. Quien da el primer paso y ‘empuja’ a los demás. Aquí ya caemos en muestro gran defecto en esa comodidad ancestral del ‘faino ti, que eu xa voy detrás’ ( si é que vou ). En ese agachar la cabeza cuando alguien de fuera viene y nos dice que ‘Marín, pueblo infeliz siempre será. Maldita la lombriz. Maldita la enfermedad’.